Sitio destinado a la historia de la zona núcleo de la Argentina
MERENDANDO EN EL CAMPO SANTAFESINO
Obtener enlace
Facebook
Twitter
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Uno de los momentos más
gratos, lleno de paz y proteínas, que deja recuerdos imborrables.
Arando para el girasol de segunda hasta que llegó LA
ABUELA con el merecido refrigerio: tarrito de aluminio con mate cocido envuelto en el pañuelo bataraz,
galleta y panceta arrollada. MANJAR DE LOS DIOSES.
El propio desorden de la explotación de los cueros se había reflejado en la forma cómo llegaban a los puertos de exportación, existiendo una gran cantidad de personas que se ocupaban de su acopio en las pampas. Mac Cann relata el caso de un vasco que llegaba al país, y una vez familiarizado con las costumbres de la población, empezó a viajar con un carro por la campaña, acopiando cueros que vendía luego en Buenos Aires. Al poco tiempo sacaba ya una utilidad liquida que le permitió adquirir una majada de ovejas y dedicarse a la agricultura (1). Este caso relatado por el viajero inglés revela que este tipo de pequeño comercio acopiador existió en nuestras campañas mientras el comercio de cueros fuera lo principal en las estancias. Más tarde, cuando el comercio de carnes pasó a ser lo fundamental, los ganados fueron llevados a los mataderos de los pueblos, y este comercio languideció completamente. Hacia fines de la década de 1940 todavía persisten en las campañas atrasadas del norte
Estas expresiones del tráfico mercantil del litoral argentino florecían en todas las poblaciones los pequeños almacenes denominados también pulperías. Llamó siempre la atención de los viajeros su elevado porcentaje con relación a la población. Encargadas ellas de las reventas de la yerba y el tabaco paraguayo, del poncho catamarqueño o de las telas y aperos que venían de Buenos Aires, absorbían toda la producción rural llegando a ser el medio más seguro de vida en los poblados, después de la explotación ganadera. La pulpería, decía un viajero, es una combinación de taberna y almacén adonde acude la gente de campo. La parte posterior de la casa daba sobre el camino y tenía un cuadrado abierto en la pared, protegido por barras de madera, a través del cual el propietario despachaba a sus clientes. Estos quedaban protegidos por un cobertizo. El enrejado de madera cerrábase por medio de una contraventana durante toda la noche. Tal es el aspecto que ofrecen por lo general las pulperías en
Desde Sunchales al mundo La historia de Rotania: un libro que indaga en las "Memorias de una industria argentina" https://www.ellitoral.com/regionales/historia-rotania-libro-indaga-memorias-industria-argentina_0_e3R5gZadDI.html ----------------------------- Si bien a lo largo del siglo XIX y principios del XX hubo muchos avances tecnológicos, tanto en materia de cultivos como así también en la mecánica, la esencia de la trilladora sigue siendo la misma. Hasta ese momento las cosechadoras eran tiradas a caballo o con tractores, lo que aumentaba los costos de producción. En 1929, el inmigrante italiano Alfredo Rotania revolucionó la agricultura mundial cuando en la localidad santafesina de Sunchales logró diseñar y fabricar la primera cosechadora autopropulsada. Reynaldo Postacchini, Vicepresidente de Claas Argentina, destacó en diálogo con la prensa: "Hoy presentamos la primera máquina que caminó sola por el mundo, es un orgullo que sea argentina". "Claas hizo
Comentarios
Publicar un comentario